La película cuenta la historia de Maggie Fitzgerald (Hilary Swank), una camarera de 31 años, que desea ser boxeadora profesional. Diariamente se entrena en el gimnasio de Frankie Dunn (Clint Eastwood), un entrenador cuyo deseo es que su protegido, Willie (Mike Colter), sea campeón. En el mismo gimnasio también trabaja Eddie "Scrap-Iron" Dupris (Morgan Freeman), un antiguo boxeador ciego de un ojo, y viejo amigo de Frankie.
Al principio, Maggie intenta sin éxito que Frankie la entrene, pero esta la rechaza continuamente, inclusive cuando Dupris intercede en su favor. Cuando Willie deja a Frankie por otro manager llamado Mickey Mack dos peleas antes del título, Frankie finalmente accede a entrenar a Maggie hasta su primera pelea. No obstante, Frankie entrega a Maggie a otro entrenador, ya que ella estaba impaciente por pelear y Frankie consideraba que todavía no estaba lista.
Durante la pelea, Frankie descubre que el entrenador de Maggie ha hecho un trato con el entrenador de su oponente, por lo que Frankie recupera el control de Maggie durante la pelea, que estaba perdiendo, y gracias a su ayuda, logra recuperarse y ganar. Finalmente, Frankie acepta entrenar a Maggie, si bien deja claro, que esto es de carácter temporal. Mientras Maggie entrena, se revela que Frankie tiene una hija a la que escribe frecuentemente sin obtener respuesta, ya que, por razones no especificadas, ella está enfadada con su padre desde hace varios años. Además, se revela también que el padre de Maggie murió hace varios años, y pronto se forma una relación padre-hija entre Frankie y Maggie.
Al ir ganando más peleas, Maggie gana más dinero, que ahorra para comprar a su madre una casa, ya que esta vivía con otra hija y un nieto en un parque de caravanas. No obstante, después de burlarse de la profesión de Maggie, la madre le recrimina el hecho de haberle regalado una casa, ya que si el gobierno se entera, perdería las ayudas sociales que recibe. Durante el viaje de regreso, Maggie lleva a Frankie a un restaurante donde venden Pastel de limón casero, y le cuenta acerca de un perro enfermo que tuvieron, y que su padre mató al empeorar su salud.
Al aumentar su fama, Maggie realiza un tour por Europa, donde una racha de victorias la vuelve aún más popular. Maggie es reconocida en Europa por el sobrenombre de Mo Cuishle, una frase irlandés ideada por Frankie, cuyo significado Maggie desconoce. Finalmente, Frankie permite que Maggie luche por el título femenino de peso Welter contra la actual campeona Billie "La Osa Azul" (Lucia Rijker, boxeadora en la vida real), una ex-prostituta de Alemania Oriental conocida por pelear sucio.
La pelea ocurre en Las Vegas, y aunque inicialmente Billie parece ganar la pelea, Maggie se recupera gracias a los consejos de Frankie. Cuando termina un asalto, Maggie se vuelve para dirigirse a su esquina, dándole la espalda a La Osa, la cual aprovecha para golpear por la espalda a Maggie, que cae sobre el banco de su esquina, partiéndose la columna a la altura del cuello.
Maggie queda tetrapléjica, inmóvil de cuello para abajo y con necesidad de un respirador. Frankie pasa todo su tiempo al lado de su cama en el hospital y hace que la trasladen para estar más cerca de su casa, donde permanece a su lado. La familia de Maggie anuncia que van a visitarla, incluyendo a su hermano que acababa de salir de prisión. Sin embargo, acuden al hospital varios días después de haber llegado a la ciudad, vestidos con camisetas de parques de atracciones que han visitado antes de ir a ver a Maggie, y con un abogado. Sus familiares intentan convencerla de que los haga responsables de sus bienes, pero Maggie descubre finalmente el verdadero carácter de su familia y los rechaza. Desde entonces, Frankie queda sólo con Maggie, a la cual le amputan una pierna al sufrir en ella una gangrena.
Con el tiempo, Maggie le pide a Frankie que la mate, ya que ya había realizado su mayor deseo, que era ser una boxeadora famosa y conocer el mundo. Frankie se horroriza ante tal proposición, pero después de varios intentos de suicidio por parte de Maggie (mordiéndose la lengua), finalmente accede. Le desconecta el respirador que le proporciona oxígeno y le inyecta una sobredosis de adrenalina a Maggie, quien muere. Durante la inyección, Frankie revela a Maggie el significado de Mo Cuishle: "mi querida, mi sangre". El narrador de la película, que no es otro que Dupris, dice que después Frankie desapareció. La narración resulta ser una carta que Dupris está escribiendo a la hija de Frankie, en un intento de mostrarle "la clase de hombre que era" su padre. La última escena da a entender que Frankie está en el restaurante donde comió con Maggie Pastel de limón durante uno de sus viajes.
La resolución final del relato despertó críticas en Estados Unidos por parte de grupos de activistas y de la derecha católica norteamericana por considerar que avalaba la eutanasia.
Al principio, Maggie intenta sin éxito que Frankie la entrene, pero esta la rechaza continuamente, inclusive cuando Dupris intercede en su favor. Cuando Willie deja a Frankie por otro manager llamado Mickey Mack dos peleas antes del título, Frankie finalmente accede a entrenar a Maggie hasta su primera pelea. No obstante, Frankie entrega a Maggie a otro entrenador, ya que ella estaba impaciente por pelear y Frankie consideraba que todavía no estaba lista.
Durante la pelea, Frankie descubre que el entrenador de Maggie ha hecho un trato con el entrenador de su oponente, por lo que Frankie recupera el control de Maggie durante la pelea, que estaba perdiendo, y gracias a su ayuda, logra recuperarse y ganar. Finalmente, Frankie acepta entrenar a Maggie, si bien deja claro, que esto es de carácter temporal. Mientras Maggie entrena, se revela que Frankie tiene una hija a la que escribe frecuentemente sin obtener respuesta, ya que, por razones no especificadas, ella está enfadada con su padre desde hace varios años. Además, se revela también que el padre de Maggie murió hace varios años, y pronto se forma una relación padre-hija entre Frankie y Maggie.
Al ir ganando más peleas, Maggie gana más dinero, que ahorra para comprar a su madre una casa, ya que esta vivía con otra hija y un nieto en un parque de caravanas. No obstante, después de burlarse de la profesión de Maggie, la madre le recrimina el hecho de haberle regalado una casa, ya que si el gobierno se entera, perdería las ayudas sociales que recibe. Durante el viaje de regreso, Maggie lleva a Frankie a un restaurante donde venden Pastel de limón casero, y le cuenta acerca de un perro enfermo que tuvieron, y que su padre mató al empeorar su salud.
Al aumentar su fama, Maggie realiza un tour por Europa, donde una racha de victorias la vuelve aún más popular. Maggie es reconocida en Europa por el sobrenombre de Mo Cuishle, una frase irlandés ideada por Frankie, cuyo significado Maggie desconoce. Finalmente, Frankie permite que Maggie luche por el título femenino de peso Welter contra la actual campeona Billie "La Osa Azul" (Lucia Rijker, boxeadora en la vida real), una ex-prostituta de Alemania Oriental conocida por pelear sucio.
La pelea ocurre en Las Vegas, y aunque inicialmente Billie parece ganar la pelea, Maggie se recupera gracias a los consejos de Frankie. Cuando termina un asalto, Maggie se vuelve para dirigirse a su esquina, dándole la espalda a La Osa, la cual aprovecha para golpear por la espalda a Maggie, que cae sobre el banco de su esquina, partiéndose la columna a la altura del cuello.
Maggie queda tetrapléjica, inmóvil de cuello para abajo y con necesidad de un respirador. Frankie pasa todo su tiempo al lado de su cama en el hospital y hace que la trasladen para estar más cerca de su casa, donde permanece a su lado. La familia de Maggie anuncia que van a visitarla, incluyendo a su hermano que acababa de salir de prisión. Sin embargo, acuden al hospital varios días después de haber llegado a la ciudad, vestidos con camisetas de parques de atracciones que han visitado antes de ir a ver a Maggie, y con un abogado. Sus familiares intentan convencerla de que los haga responsables de sus bienes, pero Maggie descubre finalmente el verdadero carácter de su familia y los rechaza. Desde entonces, Frankie queda sólo con Maggie, a la cual le amputan una pierna al sufrir en ella una gangrena.
Con el tiempo, Maggie le pide a Frankie que la mate, ya que ya había realizado su mayor deseo, que era ser una boxeadora famosa y conocer el mundo. Frankie se horroriza ante tal proposición, pero después de varios intentos de suicidio por parte de Maggie (mordiéndose la lengua), finalmente accede. Le desconecta el respirador que le proporciona oxígeno y le inyecta una sobredosis de adrenalina a Maggie, quien muere. Durante la inyección, Frankie revela a Maggie el significado de Mo Cuishle: "mi querida, mi sangre". El narrador de la película, que no es otro que Dupris, dice que después Frankie desapareció. La narración resulta ser una carta que Dupris está escribiendo a la hija de Frankie, en un intento de mostrarle "la clase de hombre que era" su padre. La última escena da a entender que Frankie está en el restaurante donde comió con Maggie Pastel de limón durante uno de sus viajes.
La resolución final del relato despertó críticas en Estados Unidos por parte de grupos de activistas y de la derecha católica norteamericana por considerar que avalaba la eutanasia.
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